Cosas que pasan cuando empiezas un blog con tus alumnos (sin tener ni idea)

Una vez convencida de lo que quería hacer, tocaba entrar en clase con los alumnos y arrancar su blog.
Para eso, yo creé el mío primero. Y me encontré con algunas cosas que luego salieron en el aula también, claro. Ahí van algunas.

Primer problema: lo primero que te pide Blogger es un nombre para el blog. Un nombre. Parece fácil, ¿no? Pues no.
Sobre todo porque no tenía ni idea de la temática, yo sólo lo quería de momento para empezar a funcionar. Supongo que las personas que abran un blog con una temática determinada lo tendrán algo más fácil. O los que deciden ponerle su nombre. Yo todo esto no lo había pensado. 
A los alumnos les dije que el tema debía ser la panadería y pastelería, al menos hasta final de curso, cuando los evalúe. Luego que decidan.
En mi caso, lo quería dejar abierto. Si has leído la primera entrada entenderás por qué. Y me decidí por uno.

Segundo problema: al asignar la dirección del blog, la plataforma te informa de si esa dirección (que se suele hacer coincidir con el nombre, porque así es mejor para buscarlo luego) está disponible o no, lo que hace que puedas usarlos, o no. Y para mi mosqueo, los que me interesaban no estaban disponibles, y los que estaban disponibles no me interesaban. La historia de mi vida. Cambié unas cinco veces, y a lo mejor aún cambio más (el nombre del blog, quiero decir). Y llegué al actual.

Todo el tiempo prueba y error. Menos mal que esto era antes de entrar a clase.

Con el fondo y estas cosas hubo menos problema, Blogger tiene un montón de temas muy chulos, así que elegí uno que me gustaba y a la marcha.

Y con todo eso (que es bien poco, en realidad) entré en clase.

Mi pizarra

Tercer problema: es más que probable que, en un grupo de unos veinte alumnos, alguno de ellos ya tenga su propio blog. Eso estropea un poquito el factor sorpresa, quieras que no. Y a los profesores, a veces, nos gusta utilizarlo. 

Otra cosa que pasa cuando un alumno tiene ya un blog, es que sabe más que tú. Y es más rápido. Ante esto, para mí, sólo cabe una postura: admitir ante los alumnos que estás aprendiendo a la vez que ellos, tal vez con unas pocas horas de adelanto. Y, por supuesto, por detrás de quien ya sabe. Lo entienden y lo aceptan perfectamente, siempre que seas honesto con ellos.

En Formación Profesional, esto es una constante. Siempre hay algún alumno en clase que ha trabajado en el sector, o que viene de la universidad (sí, tenemos alumnos que antes han pasado por la universidad), o que tiene alguna otra circunstancia por la que sabe tanto o más que tú de algún tema en concreto. A veces intimida un poco, y desde luego condiciona la forma en que preparas los temas, o los abordas, pero yo creo que es para mejor.
Lo más inteligente aquí, en mi opinión, es aprovecharlo. La mayoría de ellos están encantados de colaborar, y la clase gana mucho, aunque eso implique que te pillen en fuera de juego de vez en cuando. Los cursos que he tenido más universitarios en clase han sido de los que más he disfrutado, aunque suponga presión añadida. Pero me estoy yendo del tema.

En el caso del blog, que algún alumno sepa ya de qué va, te saca de algunos apuros, y tiene la ventaja de que ayudan a sus compañeros mientras tú atiendes a otros. Lo único que hay que controlar es que no corran más de lo que tú quieres, lo que no es fácil. Y llegamos al...

Cuarto problema: normalmente, un grupo que funciona estupendamente en un aula normal (las que llamamos polivalentes), puede (suele) volverse completamente anárquico cuando encienden los ordenadores en el aula técnica. 
Nos pasa hasta a los profesores en los cursos de informática. Un curso de informática para profes es lo peor que hay sobre la tierra.
Pero a lo nuestro, desde el momento en que los alumnos encienden el ordenador, ya puedes estar encima, porque lo más normal es que estén haciendo de todo, menos lo que tú quieres. Hay herramientas para controlar eso, pero hay que saber un poquito más de lo que yo sé. 

Pese a todo, salvados estos problemillas, de momento lo de sus blogs va estupendamente. Ya los tenemos creados, con su perfil, una primera entrada de información sobre el blog, e incluso una página aparte para la información del autor. Lo siguiente es la lista de blogs que siguen, y luego ya veré. He de pensarlo antes del miércoles que viene. Tal vez la suscripción. Y una compañera ya se ha interesado por el tema, para coordinarnos y que incluyan contenidos del módulo de Panadería. Va a quedar genial.

Y lo más importante, se lo están pasando muy bien. Y yo también.

¿Por qué un blog ahora?

Éste ha sido un curso atípico, por varios motivos. Uno de ellos, aunque no el más importante, es que antes de las vacaciones de Pascua había terminado el temario de Presentación y venta de productos, el módulo que les doy a los alumnos del Ciclo de Grado Medio de Panadería, Repostería y Confitería. 
Así que tenía que pensar en qué hacía en el aula con mis alumnos, en un módulo que (no sé si debería decirlo) no es muy motivador para mí. Y, claro, lo que decidiese hacer debía motivarme, y ser también interesante para ellos.

Llevo un par de cursos, porque alguien me los descubrió, siguiendo algunos blogs sobre nutrición, y este último curso he incorporado su uso en algunas de mis clases del grado superior. Además, algunos (o debería decir algunas) de mis ex alumnas que se han dedicado a elaborar productos de pastelería, escriben además sobre ello en sus blogs, lo que les ayuda a publicitarse.

Y una mañana se juntó todo, y pensé: ¿por qué no proponerles a los alumnos la creación de un blog que tratase sobre su sector? Cuadraba con mi programación, ya que puede utilizarse como una herramienta de marketing, y cuando terminase el curso, cada uno podría decidir qué hacer con él, desde mantenerlo y utilizarlo para lo que les interesase, hasta eliminarlo y punto. Pero mientras, aprenderían a manejar una herramienta más, y a mí me serviría para hablar de algunos temas con ellos que me interesaba tratar. Pero eso da para otra entrada.

Se lo propuse, y a la mayoría de ellos les encantó la idea. Siempre hay alguien que no quiere entrar a jugar con lo que les propones, pero cuando trabajas en esto, ésa es una premisa que hay que aceptar desde el principio. Entonces tienes que ver cómo los enganchas. Y en ello estamos.

Sólo tenía un problema sin importancia: ni yo tenía un blog, ni tampoco tenía la más mínima idea de cómo funcionaban. El siguiente paso era obvio, tenía que empezar un blog antes que los alumnos, para aprender cómo funcionaba antes de entrar en clase con ellos, sin hacer demasiado el ridículo. Esa es mi excusa para empezar.

Tuve ayuda, claro, en el trabajo y en casa, y eso determinó, entre otras cosas, la elección de la plataforma; las dos personas que me ayudaron en esto tenían su blog en Blogger, y así puedo explotarlos un poco si me atasco.
Y en cuanto a mi blog, pues no sé hacia qué va a evolucionar. Ni siquiera sé si evolucionará hacia algo, o lo utilizaré sólo para trabajar con los alumnos y luego se quedará en nada. Aún no lo tengo claro. De momento voy a jugar con él, y de paso seguro que aprendo cosas.

Lo que sí tengo claro es que sin la ayuda de Jose, mi marido, que me ayudó en casa, y la de Raúl, mi ex alumno y ex alumno de máster y espero que futuro compañero, que me permitieron ver sus blogs por dentro, y me ofrecieron ayuda desde el primer momento, esto no habría empezado. O sí, pero en peores condiciones, seguro. Les tomo la palabra, no saben lo que han hecho, los pobres.

Y ya está, así empieza esto. Veremos cómo sigue, aún sigo sin verlo claro.