Tenía muchas, muchas ganas de escribir esta entrada.
En mi departamento, yo soy la que se encarga de las ofertas de trabajo, por una razón muy sencilla: me quedo los correos electrónicos de todos los alumnos que pasan por mi clase, con lo que al final tengo el contacto de todos, a no ser que se cambien de correo y no me avisen.
Esto me da la oportunidad de seguir en contacto con ellos una vez terminan (aunque a veces el contacto es unilateral, que tengo que darles toquecitos para que me cuenten cómo les va), y de hacer uno de los trabajos más gratificantes para mí, que es acercarles la posibilidad de trabajar en lo suyo.
De modo que, cada vez que llega una oferta para ellos a la bolsa de trabajo del centro, la persona al frente del departamento de prácticas me envía una copia de la oferta, y yo se la envío por correo electrónico. Lo hacemos así porque la bolsa del centro funciona como funciona, o mejor dicho, la utilizamos como la utilizamos, y muchas veces es más rápido y más efectivo el envío directo.
Y mis alumnos responden. Responden de tal forma, que a veces la propia empresa que emite la oferta me escribe para agradecerme el interés, porque han tenido una respuesta muy superior a la que esperaban.
De verdad que no lo exagero, no es la primera vez que pasa.
Y los alumnos también te escriben de vez en cuando para agradecer esta labor (esto me hace más ilusión aún, claro). Tres ejemplos sacados directamente de mi correo electrónico:
"...Parece
que soplan nuevos vientos y que el panorama laboral en la industria
alimentaria se mueve un poco más. Yo por mi parte quería
agradecerte a ti y al resto de profesores estos dos años, gracias a
los cuales hoy soy el tío más feliz del mundo..."
"...En
mi caso, me gustaría agradeceros el tiempo y la profesionalidad.
Gracias a vuestro trabajo, desde hace un tiempo casi vivo como una
persona normal: me he podido independizar, tengo un perro, puedo
gastar dinero en viajar, incluso me voy a casar...Si no hubiera sido
por tener el título de grado superior, creo que sería impensable
hoy por hoy..."
"...Tus
correos me salvan la vida! Ya son dos veces, no dejes de encargarte
de la Bolsa! Muchos Besos..."
Bonito, ¿eh?. Como para sentirse contenta, y orgullosa, ¿verdad?
Pues vamos con la segunda parte.
Durante la lectura de los proyectos de este curso, me entero de que todos los alumnos que han ido a una empresa en concreto de las que colabora con nosotros en las prácticas van a quedarse a trabajar allí. Me pongo súper contenta. Es muy buena noticia.
No voy a dar el nombre de la empresa, luego lo explico. Sólo diré que es una empresa enorme, con muchos beneficios, que es proveedora de otra empresa aún más grande, con más beneficios. Quiero decir, apuros económicos no pasan.
Bueno, pues una compañera me comenta que uno de ellos va a empezar a trabajar esa misma noche. Y que, cuando ha preguntado al alumno por las condiciones en que lo contratan, el alumno le responde que no lo sabe aún. No lo sabe aún. Y empieza a trabajar esa noche.
Luego me entero de que los contratos son para la línea de producción. La política de la empresa es que empiecen desde abajo, pero hay oportunidades de promoción interna. No sería demasiado raro, si no fuese porque hasta este año, los alumnos que han ido entrando en esta empresa en concreto, han entrado directamente al laboratorio. Puesto superior, sueldo superior. Y que los contratos son por un mes, prorrogable, hasta un máximo de no sé cuántos.
Pero no pasa nada, ahora en vacaciones pueden cubrir (temporalmente) puestos superiores. Y supongo que, cuando acaben las vacaciones los devolverán al puesto anterior (que es inferior), si tienen la suerte de ir renovando mes a mes, hasta que alguien decida que son buenos para el control de calidad. Mis alumnos salen del centro educativo siendo Técnicos Superiores en Procesos y Calidad en la Industria Alimentaria.
Con el jefe, o director, o como quieran llamarle, de recursos humanos de esta empresa, tuve el placer la oportunidad de coincidir en una charla organizada por la Conselleria de Educación. Había dos ponentes de empresas, y un representante del centro educativo (adivina quién era).
Cuando le toca el turno de hablar, para explicar qué buscan en los alumnos de Formación Profesional, el tío empieza diciendo que hasta ahora, los centros hemos seleccionado al alumnado que les enviamos, pero que esto, por lo que respecta a su empresa, va a cambiar. Que van a seleccionar ellos a la persona idónea para darle la oportunidad de hacer las prácticas en su empresa. Que va a haber un proceso de selección. Para unas prácticas. En las que el alumno NO COBRA NADA.
Y que lo que él valora en una persona que lleva veinte años en la empresa, y que quiere acceder a una promoción interna, es que se forme fuera de las horas de trabajo, sacrificando a veces el tiempo con su familia. O su salud.
Juro por lo más sagrado que lo dijo así, tal cual. Delante estábamos dos compañeras, mis alumnos de segundo, y yo.
Juro por lo más sagrado que lo dijo así, tal cual. Delante estábamos dos compañeras, mis alumnos de segundo, y yo.
El Foro de las Oportunidades, se llamaba el evento. Con un par.
Lo que más me jode molesta, es que seguimos trabajando con ellos. Y lo seguiremos haciendo. Y esa es la razón de que no dé el nombre de la empresa. ¿Y por qué? Pues porque contratan a los alumnos que hacen prácticas allí, con bastante frecuencia. Con esas condiciones, pero contratan. Y eso no lo hacen todos. Y mis alumnos, habiendo asistido a esa charla, y sabiendo que deben entregar el curriculum antes de hacer las prácticas allí, para que ellos indiquen quiénes les gustan (aunque mis alumnos siguen eligiendo ellos, por riguroso orden de expediente académico, como hemos hecho siempre), eligen ir allí. Porque contratan. Lo saben de otros cursos, porque sus compañeros se lo cuentan.
Lo que pasa, es que esto no es un caso aislado. Llegan otras ofertas, y yo normalmente no me suelo enterar de cómo son las condiciones finales, a mí me pasan los datos de contacto, el horario y los requisitos del puesto, y poco más, que es lo que necesito para transmitir la oferta. Esta vez, otro alumno, con el que tengo más confianza y más contacto, me cuenta cómo le ha ido la entrevista, y las condiciones. Contrato en prácticas, a tiempo parcial, treinta horas a la semana. Que él calcula unos 500 euros al mes. Pero que, a veces, el horario se puede alargar. Incluido en el mismo sueldo, claro.
Y por otro lado sé que otra alumna de otra promoción consigue el puesto, y que está contenta. Lo entiendo, yo lo habría aceptado en su lugar. Yo lo habría aceptado cuando salí de la facultad, si me lo hubiesen ofrecido.
Pero claro, yo todo esto lo digo desde el cómodo punto de vista de una persona que tiene un puesto de trabajo asegurado. Mi perspectiva es distinta de la de las personas que están ahora mismo buscando empleo, y mi forma de verlo también.
Pero la gente interesada en opositar también tiene lo suyo, eh? Yo he escuchado, cuando estaba buscando trabajo fuera de la función pública, que ni se le ocurriese a nadie mencionar en una entrevista que estaba preparando oposiciones. Que eso daba una idea de un perfil determinado, que a los empresarios no les gustaba nada.
Pero la gente interesada en opositar también tiene lo suyo, eh? Yo he escuchado, cuando estaba buscando trabajo fuera de la función pública, que ni se le ocurriese a nadie mencionar en una entrevista que estaba preparando oposiciones. Que eso daba una idea de un perfil determinado, que a los empresarios no les gustaba nada.
A lo mejor, a lo mejor, hay gente que acaba estudiando para oposiciones porque el mercado no le ofrece otras opciones dignas. Fue mi caso. Yo jamás había pensado en opositar, hasta que estuve un tiempo en el paro. Pero esa es otra historia. De la que no me arrepiento en absoluto, que conste. Mi trabajo me encanta, pero eso lo descubrí después. Hay otras muchas personas que opositan porque ésa es su vocación. Pero parece que aspirar a ser funcionario es terrible.
Y a veces tengo la sensación de que aquí estamos nosotros, formando gente lo más profesional posible, y mostrándoles cómo hacer el curriculum perfecto, y cómo agradar en una entrevista de trabajo, y cómo mostrar al empresario lo que espera encontrar. Al mismo empresario que les va a contratar en prácticas, o con contratos mensuales, prorrogables.
Los mismos empresarios que se agrupan en organizaciones que recomiendan retrasar la edad de jubilación, o que nos hagamos planes de pensiones privados, o abaratar el despido, o que se permiten opinar sobre el sistema educativo. Parece que necesitan que nos adecuemos más a sus necesidades.
Y luego oyes en las noticias que sube la edad a la que se independizan nuestros jóvenes (lo dicen así, nuestros jóvenes), que baja la natalidad, que esos jóvenes nuestros se tienen que ir fuera a trabajar (pero es una ventaja, como irse de Erasmus, eh?), y que crece la proporción de jubilados, con lo que el sistema de pensiones.... ¿hace falta que siga?
Creo que me estoy encabronando. Hoy me ha salido del tirón. Me he ido calentando a medida que escribía, pero no voy a darle muchas vueltas, porque reescribiré cosas y no quiero. Creo que la voy a dejar así.
Pero bueno, yo seguiré recibiendo y transmitiendo ofertas, porque afortunadamente esto se mueve, porque estamos bastante mejor que en otros sectores, y porque seguiré (espero) recibiendo correos de agradecimiento por lo que hago. Y me alegraré por ellos, hasta que me vuelva a dar el cabreo.
Por supuesto, también hay otras empresas que tratan mejor a sus empleados, la mayoría de los alumnos que se colocan están contentos, y tenemos muchos que ya son empleados de larga duración en muchas empresas, entre ellas la primera que he mencionado. Y están contentos, de verdad. Es sólo que hoy tocaba el lado oscuro.
Y si os parece que me ha salido muy negativa, volved un poco para arriba y leed de nuevo los correos que recibo. Sólo he puesto tres, pero tengo bastantes más.
Y son estupendos. Los correos, y sus autores. De verdad. Lo sé porque los conozco a todos, personalmente.
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